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Los amantes del buen café son asiduos a entrar en establecimientos de marcas como Nespresso o Starbucks porque disfrutan de un delicado sabor y aroma acompañados de una agradable experiencia. Esta sensación cobra vida con jazz de fondo, cómodos sofás, acceso a wifi gratuito y un trato de atención al cliente exquisito. ¡Cómo no recomendar un sitio así!
Cuando una compañía consigue transmitir este tipo de emociones pretende ganar la fidelización de sus clientes. Una experiencia de marca como la que acabamos de exponer está muy estudiada y ha acabado siendo tan efectiva que su clientela adquiere el rol de influyentes. Detrás hay una estrategia muy elaborada, pero qué más se puede pedir con este resultado… A día de hoy, cualquier recomendación de un cliente satisfecho tiene un valor incalculable. Ya puedes invertir sumas importantes en publicidad o en campañas de relaciones públicas que el volumen y la calidad de las ventas incrementarán siempre con el boca-oreja.
Llegados a este punto, nos preguntamos qué pasos tenemos que establecer para contribuir a que el usuario sienta esta clase de emociones. No es únicamente una cuestión de marketing ni branding, este efecto sólo es posible cuando todas las áreas de la empresa trabajan conjuntamente una serie de patrones. Para vender con una experiencia de marca debemos preparar también un discurso comercial que despierte el interés de nuestros oyentes a fin de que éstos compartan a sus allegados porqué estamos en su top of mind. De modo que este discurso tiene que ser:
1 Simple: a la hora de presentarnos, hay que definir de manera muy clara y fácil de entender de qué trata nuestro negocio y cómo podemos hacer sentir únicos a nuestros consumidores dando respuesta a sus necesidades. Hay que abordar un único tema, aquel que defina mejor el servicio que ofrecemos. De este modo, el cliente siempre que piense en nosotros nos recordará fácilmente con una idea. ForceManager optimiza la productividad de las redes de venta con su software. ¿Tú qué ofreces?
2 Rápido: El anterior mensaje debe comunicarse con la mayor brevedad posible para no distraer ni aburrir al receptor. El impacto comercial siempre es directo y conciso.
3 Ameno: ¡Estamos interactuando con personas! Si queremos crear relaciones a largo plazo rompamos moldes y despertemos el interés con un trato cercano, un mensaje que genere expectación y acompañado de una muestra real de que no estamos vendiendo humo. Las ventajas de un producto o servicio se tienen que presentar in situ y de manera dinámica para captar la atención desde el primer momento.
4 Transparente: Shakespeare reflexionaba que tal como va el mundo, ser honesto es ser un hombre escogido entre diez mil y que “ningún legado es tan rico como la honestidad”. Demostremos nuestro compromiso en cumplir cada una de las palabras que decimos. La gente se fija en las compañías de verdad, aquellas que trabajan para conseguir un mundo mejor a base de esfuerzo y transparencia.
5 Participativo: El diálogo entre un vendedor y su cliente tiene que ser activo por ambas partes. Las preguntas y respuestas definirán qué quiere sentir el cliente al comprar nuestra marca y podremos conducir a tiempo nuestra estrategia para hacer posible su voluntad.
6 Grupal: Como equipo que somos, tenemos que tener un discurso unánime y que transmita fuerza. Cada una de las personas que forman parte de la compañía deben sentir y comunicar esa ilusión de que la marca que forman es única.
7 Comprometido: Igual que es importante ser transparente, también lo es cumplir tus promesas y ser íntegro con tus actos. Las empresas más recomendadas son gente de palabra, y centran su estrategia en el comportamiento y beneficio de su clientela.
8 Innovador: Finalmente, si queremos triunfar con nuestra experiencia de marca ésta tiene que ser diferente, fresca, ¡única! No está todo inventado y en época de crisis las ideas innovadoras son las que salen adelante. ¿Te animas también a vender bajo un concepto de negocio que quede en la memoria de tu público?