¿Recordáis el artículo en el que hablamos que el comercial es el perfil profesional más demandado por las empresas? No es para menos. El mundo de las ventas ofrece mucho más que oportunidades laborales, está lleno de matices que nos hacen mejorar como personas y vivir los negocios de forma emocionante.
Tenemos el compromiso de demostrar que los antiguos estereotipos frívolos relacionados con la figura del comercial son absolutamente falsos. Los retos que nos marcamos, las personas que conocemos, las habilidades de negociación que llevamos a desarrollar… los beneficios que adquirimos son innumerables. Vamos a intentar agruparlos en seis grandes temas:
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- Conoces y aprendes de personas increíbles. La oportunidad de conocer a diario personas nuevas permite abrir nuestra mente y ser mucho más flexibles. Viajamos, nos presentamos a contactos de otros mercados diferentes al nuestro, se nos presentan opciones de compra por parte de personas que nunca antes hubiésemos pensado que estarían interesados en nuestro servicio… Todas estas interacciones nos hacen abrir más nuestra mente, perfeccionar nuestras habilidades comunicativas y dar el feedback al resto de departamentos de la compañía para rediseñar nuestro producto en función de la demanda.
- Encuentras el equilibro entre ser profesional y un buen cómplice. Precisamente por el hecho de tratar con una amplia gama de personas de todos los niveles aprendes a ser un buen vendedor pero también alguien cercano. La excelencia no siempre debe envolverse en seriedad, puedes invitar a tu cliente a una partida de pádel, quedar después de la reunión para tomaros juntos unas tapas y preguntarte qué tal le va todo, o enviarle una felicitación personalizada en una fecha señalada. Disfruta de la compañía de las personas con las que haces negocios y hazles sentir a importantes. Ganarás tu confianza a largo plazo y, quién sabe, algo mucho más valioso como es su amistad.
- Cada vez negocias mejor. Y por ende, optimizas tus esfuerzos en cerrar un negocio con un resultado inmejorable. El hecho de ser constante en tu venta, conocer diferentes tipos de rechazo según los intereses de tu target, analizar cómo se estudian tus ofertas o las reacciones que tienen cuando hablas de tu producto hace que mejores tu discurso comercial. Si recuerdas tus primeros años como vendedor seguro que sonreirás con un poco de vergüenza al recordar la falta de tablas que tenías. ¡Nos ha pasado a todos! Pero esta carrera nos permite ganar seguridad en nosotros mismos, ser mucho más directo, ético e influyente con nuestras palabras y, sobre todo, ser grandes receptores.
- Te curtes con los rechazos. Dicho así, puede sonar muy cruel. Pero todos sabemos la cantidad de puertas cerradas con las que nos encontramos cuando estamos vendiendo. En la vida es muy importante aceptar un no por respuesta. Sirven para recapacitar, madurar nuestra propuesta, saber separarnos de los proyectos y personas que nos bloquean y valorarnos más. Hasta el momento en que alguien decida comprar nuestro producto o servicio, habremos dejado decenas de clientes potenciales en el camino. Aprendamos de estas experiencias y crezcamos como personas y profesionales a base de superación.
- Siempre tienes nuevos retos de cumplir. ¿Acaso nos conformamos con estrechar la mano del que hemos conseguido que sea nuestro nuevo cliente? ¡Para nada! Esto sólo acaba de empezar. Cerrar una venta es muy gratificante pero no es el punto y final de nuestro compromiso como comerciales. Siempre estamos buscando nuevos prospectos, sorprender a los clientes actuales con ofertas personalizadas, prestaciones únicas en el mercado, premios de fidelización que no contempla la competencia… La fuerza de ventas de una compañía está los 365 días del año activa pensando en dónde encontrar sus clientes estrella y cómo cuidarlos para que siempre se queden con ellos.
- Ejerces la autodisciplina y persistencia hasta ser un completo ejemplo de eficacia. Al final, el hecho de buscar siempre nuevas vías para ampliar la cartilla de clientes de tu empresa, tomarte los rechazos como oportunidades para mejorar, y aprender de todas las personas que te rodean te acabas formando como un profesional a tener de referencia. Tu constancia, autodisciplina y motivación aportan toda la eficiencia que necesita una buena gestión comercial.
¿Qué os han parecido todos estos motivos para lanzarse al apasionante mundo de las ventas?