Reflexiones sobre la digitalización durante la crisis de COVID-19

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El pasado 14 de marzo entró en vigor el Real Decreto 463/2020 por el cual se declaró en España el estado de alarma. Hoy se cumplen 11 días de confinamiento y me paro a pensar en la situación en la que nos encontramos. Una situación de incertidumbre, difícil de gestionar y sin precedentes. Pero al mismo tiempo, pienso en las lecciones que podemos sacar de todo esto.

El impacto en todos los ámbitos que está causando esta crisis se quedará grabado en nuestra memoria. Sin embargo y buscando el lado bueno a todo lo que sucede en la vida, también establecerá cambios drásticos en la forma en la que trabajamos e impondrá un acelerón a la transformación digital.

Tras años de uso de Internet, ordenadores, tablets y smartphones y bajo la atenta mirada de un público reacio a admitir que la tecnología ya no es el futuro sino el presente de nuestra sociedad, se nos impone una nueva forma de ver el mundo y, por tanto, una nueva forma de trabajar.

Hay quienes se adaptan a tales cambios, así sin más, ejemplo claro de ello es el que vemos en los más pequeños de la casa. En cuestión de días han pasado de ir a la escuela con la mochila en sus espaldas a conectarse a sus iPads, usando terminologías como call o videoconferencia para reunirse con sus profesores o compañeros, seguir su programa académico y no verse perjudicados como consecuencia del confinamiento. Su actitud, predisposición y adaptación a este cambio son de admirar, teniendo en cuenta que es una situación totalmente nueva para ellos.

Según la teoría de la evolución de Darwin “Las especies actuales son el resultado de una adaptación constante al entorno, basadas en una lógica de éxito y fracaso”. Ya no se trata de fuerza física o mental, sino de adaptabilidad a los cambios que nos conlleva la vida (y más cuando estos cambios son impuestos).

Desde mi punto de vista, el éxito de adaptación de las empresas ya sean de seguros o cualquier otro sector, dependerá en mayor o menor medida a su nivel tecnológico, puesto que en estos momentos nos hallamos ante una transformación digital que ya forma parte de nuestro presente.

De lo malo hay que sacar lo bueno y de esta crisis también hemos de sacar lo positivo. Vivimos en una sociedad acostumbrada a exigir la inmediatez de las cosas y a no tener tiempo para nada. Ahora hemos parado, hemos reflexionado, nos hemos hecho más fuertes y hemos seguido funcionando gracias al poder de la tecnología.

Se han sucedido cambios muy rápidos en cuestión de semanas, e insisto en que son cambios para los que en ocasiones no estamos preparados. Es momento de tomar conciencia y aportar desde una nueva perspectiva. Porque la tecnología nos permite seguir unidos y ahora más que nunca seguiremos siendo productivos y eficientes.

Como he dicho al inicio de este escrito, se nos impone una nueva forma de ver el mundo y, por tanto, una nueva forma de trabajar. Adaptémonos, colaboremos y no perdamos nunca la esperanza.

“A veces lo que hay que hacer es saltar desde el precipicio y construir tus alas mientras caes.Ray Bradbury.