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El futuro tecnológico va de la mano de los wearables. Sin importar que estén diseñados para nuestra muñeca, pies, brazos o incluso para ser ingeridos, su función principal es hacer más cómodo nuestro día a día. No es casualidad que aparezcan cada vez con más frecuencia en los medios nuevas y fascinantes aplicaciones diseñadas para facilitarnos la vida. Solo era cuestión de tiempo que este fenómeno invadiera el sector empresarial y, más en concreto, el terreno de las ventas.
Siempre he pensado que nuestro sector es óptimo para la implementación de nuevas tecnologías. Gracias a su importante función dentro de la empresa, el departamento de ventas suele disponer de un presupuesto más holgado para apostar por el uso de nuevos dispositivos que ayuden a optimizar tiempo y recursos. Esto, unido a la naturaleza móvil de los equipos comerciales, ha hecho de los wearables el mejor aliado para el vendedor. Echando un poco la vista atrás, comprobamos que no es un caso aislado; portátiles, smartphones, tablets… todo este tipo de tecnología ha sido introducida históricamente en las empresas como herramientas idóneas para agentes comerciales.
El fenómeno wearable ha despegado con fuerza y se prepara para batir todos los récords. Como ya afirmó en abril Tim Cook, CEO de Apple, antes del lanzamiento oficial del smartwatch la compañía ya tenía registradas unas 3500 aplicaciones listas para ser descargadas a través de la App Store. Este número triplicaba al logrado con el lanzamiento del Ipad (1000 apps) y 7 veces más en el caso del Iphone (500 apps).
Pese a que existían algunas voces más pesimistas sobre la utilidad de esta tecnología, lo cierto es que PWC realizó el informe Clientes @2033 donde afirmaba que los wearables serán una de las 7 herramientas del futuro encargadas de revolucionar el contexto social y empresarial de España en el año 2033.
Uno de los principales motivos de su éxito es el aumento de la productividad que genera. Si lo extrapolamos al contexto comercial, la implementación de esta tecnología móvil implica unos beneficios inmediatos como mejoras en la organización del departamento o una mejor comunicación con el cliente.
En el caso de ForceManager, siempre hemos creído en ello. Debemos evolucionar al mismo ritmo que lo hace la tecnología y, por eso, nuestra última actualización fue para Apple Watch. El vendedor que sale de la oficina con su wearable y nuestra app nativa empezará su jornada apostado por la eficiencia comercial de la forma más innovadora. Con docenas de reuniones programadas para la semana, múltiples llamadas y visitas que realizar lo normal es que la tecnología deba ponerse de nuestra parte para trabajar sin perder el tiempo y de forma organizada. Con tan solo un rápido movimiento de muñeca, podremos acceder a toda la información en cuestión de segundos. Dispositivos como el Apple Watch y Android Wear sirven como filtro de la gran cantidad de información que recibimos, quedándonos sólo con lo que realmente nos sea de utilidad.
El mundo empresarial está facilitando la expansión de los dispositivos wearables debido a la necesidad de aumentar su eficiencia a partir de unos recursos limitados. Aunque no siempre se tratan de beneficios directos, también existen casos donde se logran recortar gastos gracias al uso de esta tecnología. La compañía petrolífera BP compró 25.000 pulseras Fitbit para mejorar el estado físico de sus empleados, bajando el coste de los seguros médicos que ofrecen a sus trabajadores y ofreciendo una imagen positiva de cara al público.
Para no quedarnos tan solo con los beneficios empresariales, este mercado ya ha comenzado a introducirse en todos los aspectos que afectan nuestra rutina diaria gracias al desarrollo del conocido IoT (Internet of Things). Poco a poco, casas, coches o autobuses, comienzan a estar interconectados digitalmente a través de estos dispositivos. Las puertas de la innovación han sido abiertas por grandes corporaciones como Google o Apple, pero sólo con el paso del tiempo sabremos hacia donde nos dirigirá el fenómeno wearable.