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Según Paul Rulkens, el autor de the Power of Preeminence, asegura que “El alto rendimiento empieza por una mentalidad que se traduce en las cosas que haces”. Y es que, como todo, la productividad personal es algo que se puede entrenar a través del establecimiento de rutinas y hábitos concretos. A continuación, 10 de los hábitos que siguen las personas productivas.
Antes de acostarte, o bien al levantarte por la mañana, planifícate el día. Piensa en todas las cosas que debes hacer. Contempla algo de tiempo libre ya que, durante la jornada, siempre te pueden aparecer imprevistos que interrumpen tu actividad o cortan el ritmo de trabajo. Si te haces una planificación muy rígida estos contratiempos pueden causarte ansiedad. Tener un horario demasiado minado puede acabar por reducir la productividad.
Para conseguir organizarte, debes de ser muy meticuloso en la planificación de las tareas y, sobre todo, en los objetivos. Este primer consejo te salvará de llegar al final del día teniendo la sensación de que no has parado, pero en realidad no hiciste nada.
Pon primero lo primero. Divide tus tareas en:
No dejes que lo no importante domine tu jornada ya que, si no, nunca encontrarás el tiempo para hacer las tareas que son realmente importantes. Tener esta clasificación clara te ayudará a priorizar y optimizar la inversión de tu tiempo.
Menos es más cuando se trata de ser productivos.
Focalízate en cada una de las tareas que haces, cuando empieces una tarea acábala. No trates de hacer varias cosas al mismo tiempo, el cerebro tarda un tiempo para focalizarse en algo y si intentas hacer varias cosas a la vez lo que consigues es perderte entre todas ellas.
Si en medio de una tarea larga, otra más urgente te ha interrumpido la primera, acaba ésta lo más rápido posible y vuelve a la primera. Pero no saltes de una tarea a otra sin seguir un orden ni prioridad.
Da las gracias de verdad, da las gracias a la vida, a tus compañeros, a la gente que te rodea y a ti mismo.
Dar las gracias y valorar los éxitos hace que seas consciente de lo conseguido y valores el camino. Este gesto te permite activarte a ti mismo para seguir cumpliendo objetivos y llegar a las nuevas metas. Además, dar las gracias fortalece las relaciones interpersonales, hace que las personas quieran estar a tu lado y refuerza el trabajo en equipo.
Di NO. Di NO a todas las actividades que no te aportan nada, aquellas actividades que no son estrictamente obligatorias y que NO quieres hacer.
El dejar de hacer este tipo de cosas te llenará de tiempo libre que SÍ podrás utilizar para realizar proyectos que te llenan y te satisfacen. Haciendo esto, cambiarás actividades que no te apetecen y que no te aportan nada por otras que te hacen sentir realizado. No solo aumentarás tu productividad, sino que, tu felicidad y satisfacción personal contigo mismo también será más alta.
Visualiza tu propio futuro y ponte metas.
Ten un fin en mente, piensa que las cosas importantes tienen dos fases, la de planificación y la de ejecución. Sin una meta seguida de una planificación no se puede ejecutar nada. Por ejemplo, cuando se construye una casa primero se tiene la meta de construir la casa, después se planifica con los planos y al final se ejecuta con la construcción. Lo mismo ocurre con los objetivos, tanto personales como laborales, ponerse metas ayuda a planificarse y no hay ejecución eficaz sin planificación previa.
Acepta tus errores y fracasos lo más rápido posible, no te bloquees ante ellos, acéptalos, asúmelos y aprende de los mismos.
Equivócate, equivócate mucho y equivócate rápido. Mide los resultados de las acciones que llevas a cabo, medir te ayudará a identificar los errores de manera más rápida, una vez identificado, acéptalo y asúmelo, analiza porque te paso y pon las medidas para evitarlo de nuevo en el futuro, aprende a equivocarte rápido y saca partido de tus propios errores.
Es importante que trabajes con un equipo multidisciplinar donde prime el compañerismo y la búsqueda de la excelencia. Encuentra el equilibrio entre querer hacer las cosas bien y darte cuenta de que no llegas a todo. Será el momento de delegar a otros compañeros que puedan ayudarte y enriquecer todavía más tus proyectos. Aprende de ellos, sigue de cerca estas actividades, intercambiad opiniones. La suma de todos es un valor añadido a vuestro servicio.
No dejes que los mismos pendientes te vayan persiguiendo día tras día.
Abórdalos, decide cuáles vas a hacer y cuáles no, seguro que algunos no son necesarios, o bien, son delegables. A continuación, retoma aquellos que te han seguido quedando pendientes y bloquea un tiempo para llevarlos a cabo, sin poner excusas y sin posponer. Preferiblemente, abórdalos a primera hora de la mañana.
“Mens sana in corpore sano”. El ejercicio físico es una parte esencial para tener un equilibrio emocional.
El deporte afecta a las emociones, al hacer deporte segregamos endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad” lo que vincula estrechamente el hábito de hacer deporte con el bienestar, tanto personal como laboral. Además, fortalece la voluntad y la autogestión, hábitos que son útiles para la consecución de cualquier tarea.